jueves, diciembre 04, 2008

4, 5, 6

I Sí, es posible estirar una mano
saltarse un par de escalones
de un color a otro,
sumando y sacando luces
como a través de cristales en fila.


II Yo sé que no basta el cálculo
el cálculo simple
el de los animales vacíos
y los números.
Ni que se derrumben de a poco las grandes piedras
del mundo
el polvo de los ojos de la mosca,
sus millones de vuelos en el aire,
en la tierra, en el agua.

III Hay que darle un nombre a su vida
siempre tan oscura, confinada a su espacio propio,
calculando los grados centígrados bajo los cuales
se le permite la otra hazaña:

IV Abre las alas
desde el fondo
de sí misma.


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¿Qué mundo y qué nuevas recetas,
con qué fin se me van a hacer presentes?
En el frío de una letra grande
van a oler su peligro
los hijos
van a decirlo en voz alta.
¿Te ofenderías?
Nada más ajeno a la vida
que lo que pide perdón
de lejos.


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Hacerme entender
Dibujar en el agua mis plantas
y tener paciencia.
No lo entiendo
les hablé del cuadro de la vida,
del acto de dar nombres.
Los desafié incluso al silencio.

Cometí errores,
de esos que luego te obligan
a mirarte al espejo
y te apuran con el sueño
te borran
te encierran

Por qué dormir a oscuras
Por qué, si la cara
sin moverse
atrae las manos y se cubre
Ella sabe que no,
que está siempre tan equivocada.
Yace muy lejos,
yo supongo que duerme en su lado
de la casa.
Tan femenina
porque tiene ojos.
Alejada completamente, concentrada
desvestida
yo le voy a dedicar unos lápices,
una ventana abierta
un dibujo mío
y un trago fuerte.

Pero cómo hacerlo
dónde encontrarla
Voy a dormir como vacío, o digamos
como en otro lado,
es que a ratos parece que entiendo
algo, o me tropiezo pero
no estoy tan perdido
aún falta para la ropa desteñida.
Sin embargo,
lo que tarde una fruta en tocar el suelo
no tengo cómo saberlo.

miércoles, diciembre 03, 2008

No sé qué decirte
Yo me figuro un peligro blanco
en mi camino a casa.