lunes, enero 25, 2010

Sätze

· A veces me pasa que siento no haber sido lo suficientemente decisivo con respecto a algunas cosas. Como si jamás hubiese hablado en serio. O como si me impusiese a mí mismo exigencias incomprensibles, ajenas. Como si desde dentro fuese un asaltante que merodea, o como una figura genérica de poder enemigo.

· Por ahora sólo les puedo prometer lo siguiente: jamás contaré o hablaré sobre la historia de mi vida, ni permitiré que alguien haga el intento. Si va a haber autobiografía, que sea tácita, que se acumule de a poco y de manera involuntaria. Que raye en la mentira si fuese necesario.

· Los peligros advienen por errores en el cálculo. Ante ellos sólo dos opciones: la culpa o la muerte. No obstante, recordemos cuán falsa resulta ser la nomología.

· Hoy no va a ser necesario que les hable sobre el aire o los cielos, ni en general sobre ningún evento de la naturaleza que no constituya de por sí una simbólica.

·
No todo es tan difícil como parece.

·
Jamás pediré una disculpa por lo poco pedagógico. Al menos tengo el consuelo de saber que hago esfuerzos concretos por hacerme entender de manera relativamente ilustrativa. Sin embargo (y aquí comienzan las complicaciones) haría falta remitirse al hecho, tan misterioso como cotidiano, de que ese tipo de esfuerzos están, por así decir, a la orden del día.

· Mi mayor problema radicaría en no saber hasta qué punto soy capaz de manejar ficciones.

jueves, enero 14, 2010

problemas de oído

Me aturdieron.
Sentí cómo se me aplastaban, de a poco y muy lentamente, los intervalos de mi inocente desarrollo cardio-pulmonar.

Durante un par de segundos perdí todo contacto con la gramática.

Ahora lo que no hay es autobiografía,
ni deducciones novedosas
ni paisajes nocturnos
ni perdón
ni culpa
ni triángulos.

Se acaba la humanidad así como se acaba la metafísica.
A ratos se da esa continuidad entre las cosas que sólo se da entre las felices gotas de un océano.

domingo, enero 03, 2010

Se me acabó la metafísica.