viernes, noviembre 20, 2009

Luego del infinito a uno sólo le pueden dar ganas de sonreír, con la mirada perdida en algún lugar más o menos luminoso. Haya o no haya motivo concreto para alegrarse.
Luego del error, uno sólo puede esperar aciertos. Esa es la ingenuidad de "saber lo que se hace". Así, todos sobreviven hasta que les toca morir.

Luego del error, uno sólo puede esperar que venga otro peor, y otro quizás más agudo. La cadena puede, eventualmente, hacerse interminable. Por eso existen tantas maneras de "abrir los ojos".
Todo lo que hasta ahora se había escrito aquí sobre el vacío resultó ser falso.
Les pido la más sincera disculpa.
Para llegar a expresar cosas como el vacío de manera veraz habría que tener una convicción espiritual tan profunda de haber alcanzado un estado tal, que sería ridículo hacer cualquier tipo de intento por llevarlo a imágenes.
Habría que renunciar al análisis, de una vez y para siempre.

Sólo bastaría desaparecer, sin siquiera pedir permiso ni disculpas.

miércoles, noviembre 11, 2009

Aún recuerdo aquel día en que me decías "yo estoy hecho para cosas grandes".
Te veías tan matutino.

martes, noviembre 10, 2009

Hoy creo que uno debe arriesgarse a mentir, dejarse llevar por lo que no se quiere decir, armar respuestas en el aire, apuntar con el dedo a donde sea. Gran parte del tiempo se miente, en todos lados. En ese sentido, no hay muchas garantías de que no será tal el caso, en una tal situación determinada. ¿Habrá que quejarse con alguien? Y si es así, ¿de dónde sacar retribuciones? Una cosa es distinguir entre lo ficticio y lo falso, escribir sobre ello y hacerlo descansar sobre ideas que tiendan al menor daño posible; otra cosa muy distinta es llegar a tal punto en la intuición directa de la ética del mundo, captar de manera tan cruda y sincera la simpleza que mueve a las cosas, que uno ya sólo tenga que decidir sobre dónde, cuándo y a quién partir pidiéndole perdón. El "cómo" cae de suyo: se ha de desenvolver por sí solo.

A los que vean debilidad o fortaleza en las acciones, habrá que repetirles el proceso entero de la generación natural. En algún momento todo tuvo el mismo color. Las palabras se inventaron hace poco, y con ellas vinieron las mentiras. Una vez que esto se sabe, ya no hay motivos para seguir buscando honor entre los pares.
Somos todos demasiado inocentes.