miércoles, febrero 18, 2009

Algo le pasó

Se le nota en la manera con que toca
los duraznos. En su forma de ver la hora
en un reloj.
Se dió cuenta del espacio
que ocupa su caminaje.
Él también ha reposado sobre objetos de madera,
sintiendo esa quietud genealógica.

Hoy salió a tomar otro tipo de aire.
Salió de su casa
y lo que vio fueron otras cosas.

Digamos que un espejo se le abalanzó
o que le tocó soñar con largos viajes.

Algo lejano ha llegado ante sí,
dirán los amigos,
será mejor no intervenir por un tiempo.

martes, febrero 03, 2009

Las ventanas de esta casa son demasiadas, muy translúcidas, muchas en número. Nos superan. Desde que aparecieron ya no vivimos tranquilos, todo se ha vuelto una batalla a muerte. Nuestros almuerzos son como una gran sospecha orquestada. Siempre hay peligro desde que las ventanas llegaron. Desde afuera nos pueden mirar a toda hora, todo el día, al pasar del baño a nuestros cuartos, por las escaleras. Nos observan sin piedad, sin ningún respeto. ¿Cómo vamos a hacer para decirles que no queremos más de sus miradas ni de sus juicios? ¿Cómo podemos pedir auxilio desde aquí? ¿Moviendo las cortinas, acaso? ¿Gesticulando?

Supongo que ya se dieron cuenta. Somos pésimos actores. No sabemos vivir sin falsear nuestra vida. Hacemos como que miramos la televisión, inventamos un par de diálogos y hasta nos gritamos de vez en cuando. Cocinamos y comemos lo cocinado. Es terrible, somos demasiado evidentes. Por ningún motivo abramos las ventanas; sin darnos cuenta pueden llegar visitas inoportunas. La más leve brisa, una llamada telefónica, las luces del pueblo o de la luna, la lluvia: en este punto cualquiera puede acabar con nosotros. Somos el enemigo invisible del mundo.

domingo, febrero 01, 2009

Me conocéis demasiado. Es tiempo de des-ilusionaros.