jueves, agosto 30, 2012

LOS PASTOS DE UNA NACIÓN ESTÁN TAN SECOS QUE LAS LLAMAS YA NO PIDEN NI PERMISO

Se dieron cuenta, ellos tanto como ellas, de que en sus mesas no era sólo licor lo que caía de los vasos ladeados.
Se dimensionó el grosor de las paredes que separan una casa de otra, llegados a cierto punto del asunto.
Dejaron de importar el fracaso individual y otras mariconadas. La poesía y sus adornos, hasta luego.
Manos a la obra, chiquillos, parece que la historia se nos dió vuelta. Traigan lo que sea, pero salgan de esa teoría oscura y delicada.
Aquí nadie se preocupa mucho de la ligereza ni de la tranquilidad. "Poco nos importa que haya paz", dijo uno.
Pero lo difícil fue, y ha sido siempre, pasar de una pared a otra. Ahora mismo, por ejemplo, sucede que algunos duermen.
Todo esto, hasta la fecha. Tomo nota.
Grande es el espacio en el que hacen lo suyo, los que duermen y los que están en otra. Pero están solos.

jueves, febrero 09, 2012

nuevamente los tamaños

Qué dioses, Eva, si de casa ya nos hemos alejado demasiado. Estar solo, a estas alturas, es lo de menos.

¿Sientes como todo se mueve, lo del cielo, lo de abajo, y que es mentira sin embargo? Debes aprender a olvidar algunas cosas. Ver que ciertos caminos no terminan nunca de empezar es sólo el primer paso. Si volásemos, llegaríamos tan alto que haría falta un segundo cielo, más alto esta vez, al cual pedirle que nos acerque a tierra. Cómo olvidar que aquí, entre el horizonte y el resto del mundo, uno aprende a crecer. Démosle a nuestros cuerpos el lujo de estar en muchos lugares, hoy aquí, mañana más allá.

A casa ya no volvemos, Eva. ¿Qué harían tus dioses en esta situación?