Hemos tenido que soportar tantos sueños felices, tantas fantasías sublimes, que al momento de despertar y abrir los ojos sólo podemos aspirar a un diálogo honesto y sencillo con el amanecer de las hierbas y los seres inanimados. Una conversación que, de una forma u otra, termine con palabras frescas y reflexiones graciosas sobre el recuerdo y su hermano menor, el olvido.
Sonreír, convencerse de algo que es ajeno, pero más real que nunca. Sonreír como recostado sobre una profundidad imposible, es decir, una sonrisa que abarque tanto la derrota como el triunfo.
Sonreír ante la libertad de no tener absolutamente nada.
sábado, diciembre 26, 2009
sábado, diciembre 19, 2009
sábado, diciembre 05, 2009
Ficción
¡Adiós, objetos de la cultura!
Lo nuestro puede llegar a ser mucho más heroico.
No saben cómo lamento no haberlos comprendido antes;
al parecer he estado mirando en las direcciones equivocadas.
¡No se alejen demasiado de mí, que ya los alcanzo!
No me han abandonado el hambre y la fatiga, la sangre y la fuerza,
no lo hagan ustedes tampoco.
Lo nuestro puede llegar a ser mucho más heroico.
No saben cómo lamento no haberlos comprendido antes;
al parecer he estado mirando en las direcciones equivocadas.
¡No se alejen demasiado de mí, que ya los alcanzo!
No me han abandonado el hambre y la fatiga, la sangre y la fuerza,
no lo hagan ustedes tampoco.
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