lunes, enero 25, 2010

Sätze

· A veces me pasa que siento no haber sido lo suficientemente decisivo con respecto a algunas cosas. Como si jamás hubiese hablado en serio. O como si me impusiese a mí mismo exigencias incomprensibles, ajenas. Como si desde dentro fuese un asaltante que merodea, o como una figura genérica de poder enemigo.

· Por ahora sólo les puedo prometer lo siguiente: jamás contaré o hablaré sobre la historia de mi vida, ni permitiré que alguien haga el intento. Si va a haber autobiografía, que sea tácita, que se acumule de a poco y de manera involuntaria. Que raye en la mentira si fuese necesario.

· Los peligros advienen por errores en el cálculo. Ante ellos sólo dos opciones: la culpa o la muerte. No obstante, recordemos cuán falsa resulta ser la nomología.

· Hoy no va a ser necesario que les hable sobre el aire o los cielos, ni en general sobre ningún evento de la naturaleza que no constituya de por sí una simbólica.

·
No todo es tan difícil como parece.

·
Jamás pediré una disculpa por lo poco pedagógico. Al menos tengo el consuelo de saber que hago esfuerzos concretos por hacerme entender de manera relativamente ilustrativa. Sin embargo (y aquí comienzan las complicaciones) haría falta remitirse al hecho, tan misterioso como cotidiano, de que ese tipo de esfuerzos están, por así decir, a la orden del día.

· Mi mayor problema radicaría en no saber hasta qué punto soy capaz de manejar ficciones.

3 comentarios:

la lengua no pertenece dijo...

La ficción es lo que es 'como tal' cuando siempre puede puede (no) ser lo que es ["Elle n'est qu'en pouvant être, 'peut-être, ce qu'elle est". JD, 'Donner le temp I. La fausse monnaie', p. 115. Esp. 'Dar el tiempo I. La moneda falsa', p. 89.]. La ficción es lo que siempre puede no aparecer como tal, esto es, "la superficialidad esencial de su fenomenalidad", lo "demasiado-evidente" que da a ver [Ibíd., p. 194. Esp. Ibíd., p. 150]. Posibilidad ya no regional sino general de la imposibilidad de aparecer como tal. El anuncio de este secreto público (sin profundidad), singular pero ya no privado, podrá "convertirse en una cosa 'literaria'" - "Cualquier texto confiado al espacio público, relativamente legible e inteligible, pero cuyo contenido, cuyo sentido, firmante y destinatario no son 'realidades' plenamnete determinables, realidades a la vez 'no-ficticias' o 'libres de toda ficción', realidades entregadas, como tales, por una intuición, a algún juicio determinante" [JD, "La littérature au secret", en Chantal Zabus (comp), 'Le secret: motif et moteur de la littérature', p. 10]. A propópsito de 'La moneda falsa' de Baudelaire, este texto, dirá Derrida, "para nosotros, es algo que está 'dado'". "Está ahí, ante nosotros que leemos y empezamos, pues, por recibirlo. Si tiene la estructura de algo dado no es sólo porque estamos, en primer lugar, en una situación receptiva con respecto a él, sino que nos ha sido dado. Desde el momento en que lo publica e incluso aunque no lo hubiese publicado, desde el momento en que lo escribe y lo constituye dedicándoselo a su 'querido amigo', el presunto firmante (...) lo deja constituirse en un sistema de huellas, lo destina, lo da, no sólo a otro o a otros en general distintos de su 'querido amigo' Arsene Houssaye, sino que hace entrega de él ['le livrait'] - y eso es el dar - por encima de cualquier destinatario, donatario o legatario determinado" [JD, 'Donner le temp', pp. 129-130. ESp., pp. 100-101]. Habría que ver por qué una problemática del don se vuelve inseparable de una problemática del texto. [Cf. 'Donner le temp', p. 130. Esp., p. 101. Parte ahí señalando Derrida: "no hay problemática del don sino a partir de una problemática consecuente de la huella y del 'texto'..."].
De aquí entonces a la cuestión de la autobiografía. Ésta se estaría jugando entre la determinación (la de decir algo determinado) y la ejemplaridad. Derrida sugiere en términos cuasi-noemáticos que "Alguna cosa de la literatura habrá comenzado cuando no habrá sido posible decidir si, al momento en que hablo de algo, hablo de algo (de la cosa misma, ella misma, por ella misma) o si doy un ejemplo, un ejemplo de alguna cosa o un ejemplo del hecho que puedo hablar de algo, de la posibilidad de hablar en general de alguna cosa en general, o incluso de escribir este discurso, etc." [JD, 'Passions', p. 89]. Ahora bien, en el ejemplo ejemplar en que alguien (determinado) dice "yo", inmediatamente se plantea la posibilidad de no poder definir si al escribir un texto autobiográfico se está escribiendo un texto 'sobre' la autobiografía del cual el texto autobiográfico es un ejemplo. "Nadie podría seriamente contradecirme si afirmo (o subentiendo elípticamente, sin tematizarlo) que no escribo un texto "autobiográfico" sino un texto 'sobre' la autobiografía del que este texto es un ejemplo" [Ibíd]. Nadie "podrá seriamente contradecir si yo digo (o subentiendo, etc.) que no escribo sobre mí ('moi), sino sobre "mí" ("'moi'"), sobre un yo ('moi') cualquiera o sobre el yo en general, proponiendo de eso un ejemplo: no soy más que un ejemplo ejemplar" [Ibíd.].

Atisbos dijo...

Fricciones

Anónimo dijo...

max pareces filósofo