domingo, junio 25, 2006

A y B y no.

Llego tarde del remolino, y me siento en el largo sillón de cuero de los grandes, ya caídos, mientras vienen y van y vuelven las sombras mozas, musas de sin-nombre, con sus grandes y relucientes bandejas de plata y platino, me estiro y camino, abstraído, decaído, desgastados los ojos de tanto caminar entre gónadas femeninas, alguna vez fui el torbellino, el de allá afuera que arrastra botellas vacías y colillas de cigarrillo.

Y por dentro la cosa no varía tanto de color, la misma sangre fluye fluye y llega y me lleva, en autopistas circulares, sin lograr la coherencia que el nuevo gobierno exige. Ahora dejo de ser yo, llega el otro yo, casi usted, en relevo del cuerpo ebrio, nauseabundo y sucio.
(tanto física como moralmente).

Ahora soy yo y nadie se parece a tí, y no estas acá, sigues aquí. Me paro y camino, respiro, los sables de vino los tengo marcados en el cuaderno vacío, ese que alguna vez fue la mente. La duda. La pregunta, y me pregunto.

1 comentario:

Sepu F-R.I-C dijo...

y la respuesta?? o siguio caminando en la calle?