martes, agosto 29, 2006

Apología

quemé mis retratos
olvidé mis apellidos
borré tus rostros
para volver a ser lo que soy.
el huevito que llora
la puerta cerrada con llave
las paredes de rodillas, suplicantes
queriendo entrar al cielo.
prefiero no sellar con mi sangre el contrato
y no ligarme a mi firma de hombre solo
mis dibujos de niño mudo
mis cartas de amor a nadie
mis insultos al aire, no me atrevo
mi infancia tristona
ausente
mis proyecciones invertebradas
mis confidencias al espejo liso.
contemplen, regocíjense,
al ver que alguien camina lento
sin secretos ajenos que cuidar
como mascotas tiernas en el bolsillo.
reiremos al no mayusculizar
el hundimiento en picada
de mis manos en blanco y negro.

3 comentarios:

javiera dijo...

:::yo lo sabia..:*
:::lo presentia :*
:::tienes mal de altura ? :*
:::que hiciste? :*
:::que te hicieron ? :*
:::que te paso ? :*
:::ahgrrrrr que los canivales se entiendan entre ellos :*
:::y tu date el gusto de mirarlos sangrar :*

Anónimo dijo...

Todavía eres demasiado complejo para mi, pero igualmente nadie puede privarme del gusto de leer tus rarezas. Grandes figuras, como siempre. Directo a la vena, como antés. Fusilamientos continuos a los polvos de la vida, como a futuro también. Y es que, aunque sólo se entienda la mitad, tu sentimiento va mas alla de las palabras y de la pantalla. Es como el cigarrillo: no va al pulmón, va a la célula... aunque gracias al cigarro tengo enfermedades respiratorias cabronas, pero el cáncer no se cura con un pañuelo.

Bittersweet toujours dijo...

Smooth.
Antipoeta de las masas complejas.

(Baaawww)